Sobre Nosotros

El Significado de Selah

La palabra Selah aparece 74 veces en la Biblia. La interpretación más común de esta palabra es “alabar o reflexionar.” Creemos que en esta palabra hay dos ideas muy poderosas que deberían de ser una parte esencial de cada creyente Cristiano. La primera idea es que como seguidores de Cristo siempre nos esforzaremos por ser aquellos que son lo suficientemente apasionados para dar alabanza a Dios, bajo cualquier y toda circunstancia. Sabiendo que Jesús es digno de nuestra alabanza, nuestro amor por El nos motiva a darle lo que se merece. La segunda idea es que siempre estaremos dispuestos a hacer una pausa en medio de un mundo ajetreado, para reflexionar y para recibir lo que el Espíritu del Señor nos diga. Entendiendo que el Espíritu Santo aún habla hoy en día, oramos por una sensibilidad que permita esta interacción. Damos porque amamos, recibimos porque somos amados.


Nuestra Visión

Nuestra visión es ayudar a las personas a conocer el amor de Cristo y hacer que esa relación crezca con el tiempo para que luego puedan transmitirlo a otros. Nuestro deseo es lograr esto haciendo un impacto una vida a la vez.

Nuestra de Misión

En Selah City Church, nuestra misión es la siguiente:

Tener un Encuentro con Cristo.

Expandir esa relación.

Extender ese amor hacia los demás.

Declaración de Fe

La Santa Biblia

La Santa Biblia, y sólo la Biblia, es la palabra autorizada de Dios. Solamente La Biblia es la autoridad final para determinar todas las verdades doctrinales. Su escritura original, es inspirada, infalible e inerrante (2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20-21; Proverbios 30:5; Romanos 16:25-26).

Salvación y Pecado Original

El hombre fue creado originalmente a la imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:27): el hombre cayó por desobediencia, incurriendo así la muerte tanto física como espiritual. Todos los hombres nacen con una naturaleza pecaminosa (Romanos 3:23), están separados de la vida que Dios da, y sólo pueden ser salvados a través de la obra expiatoria del Señor Jesucristo (1 Corintios 15:20-23).

Salvación

Somos salvados por la gracia a través de la fe en Jesucristo; su muerte, sepultura y resurrección. La salvación es un regalo de Dios, no el resultado de nuestras buenas obras o de cualquier esfuerzo humano (Efesios 2:8-9; Gálatas 2:16, 3:8; Tito 3:5; Romanos 10:9-10; Hechos 16:31; Hebreos 9:22).

Bautismo en el Espíritu Santo

Dado en Pentecostés, es la promesa del Padre, enviada por Jesús después de su ascensión, de empoderar a la iglesia para predicar el Evangelio en toda la tierra (Joel 2:28-29; Mateo 3:11; Marcos 16:17; Hechos 1:5, 2:1-4, 17, 38-39, 8:14-17, 10:38, 44-47, 11:15-17, 19:1-6).

El Cuerpo de la Iglesia

La Iglesia está compuesta de todos aquellos quienes creen en el Señor Jesucristo, son redimidos a través de su sangre, y son renacidos del Espíritu Santo. Cristo es la Cabeza del Cuerpo, la Iglesia (Efesios 1:22-23), que ha sido comisionada por Él para ir a todo el mundo como testigo, predicando el Evangelio a todas las naciones (Mateo 28:19-20). La iglesia local es un cuerpo de creyentes en Cristo que se unen para la adoración de Dios, para la edificación a través de la Palabra de Dios, para la oración, la confraternidad, la proclamación del Evangelio y la observancia de las ordenanzas del Bautismo y la Santa Cena (Hechos 2:41-47).

Trinidad

Solo hay un Dios, eternamente existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estos tres son co-iguales y co-eternos (1 Juan 5:7; Génesis 1:26; Mateo 3:16-17, 28:19; Lucas 1:35; Isaías 9:6; Hebreos 3:7-11).

Jesucristo

Jesucristo es Dios el Hijo, la segunda persona de la Trinidad. En la tierra, Jesús era 100% Dios y 100% hombre. El es el único hombre que ha llevado una vida sin pecado. El nació de una virgen, llevó una vida sin pecado, hizo milagros, murió en la cruz por la humanidad y así, expió nuestros pecados a través del derramamiento de su sangre. Jesus resucitó de entre los muertos al tercer día según las Escrituras, ascendió a la diestra del Padre y volverá de nuevo con poder y gloria (Juan 1:1,14, 20:28; 1 Timoteo 3:16; Isaías 9:6; Filipenses 2:5-6; 1 Timoteo 2:5).

Santificación

La santificación es el proceso continuo de rendirse a la Palabra de Dios y a su Espíritu para lograr el desarrollo del carácter de Cristo en nosotros. Es a través del ministerio presente del Espíritu Santo y la Palabra de Dios que el Cristiano es capaz de llevar una vida santa (1 Tesalonicenses 4:3, 5:23; 2 Corintios 3:18, 6:14-18; 2 Tesalonicenses 2:1-3; Romanos 8:29, 12:1-2; Hebreos 2:11).

Los Dones del Espíritu Santo

El Espíritu Santo se manifiesta a través de una variedad de dones espirituales para construir y santificar la iglesia, demostrar la validez de la resurrección y confirmar el poder del Evangelio. En la Biblia, la lista de estos dones no son necesariamente exhaustivas, y los dones pueden ocurrir en diversas formas. A todos los creyentes se les encomienda desear fervientemente la manifestación de los dones del Espíritu Santo en sus vidas. Estos dones siempre funcionan en armonía con las Escrituras y jamás deben ser usados en contra de los parámetros bíblicos (Hebreos 2:4; Romanos 1:11, 12:4-8; Efesios 4:16; 2 Timoteo 1:5-16, 4:14; 1 Corintios 12:1-31, 14:1-40; 1 Pedro 4:10).

Ordenanzas

Bautismo en Agua

La ordenanza del bautismo por sumersión se ordena en las Escrituras. Todos los que se arrepienten y creen en Cristo como Salvador y Señor deben ser bautizados. Así, declaran al mundo que han muerto con Cristo y que también han resucitado con Él para andar en una nueva vida (Mateo 28:19; Marcos 16:16; Hechos 10:47, 48; Romanos 6:4).

La Santa Cena

La Santa Cena, que consiste de los elementos – pan y el fruto de la vid – es un medio de gracia; un símbolo de Su sufrimiento y muerte y una profecía de Su segunda venida (1 Corintios 11:26); y se le ordena a todos los creyentes “¡hasta que El venga!”

La Resurrección y La Segunda Venida

Habrá una resurrección corporal de los justos y de los injustos; para los primeros, una resurrección a la vida (1 Corintios 15:20-23); para los segundos, una resurrección al juicio (Juan 5:28-29). Creemos en la segunda venida y creemos que es nuestra esperanza bendita.